La pandemia de COVID-19 ha influido de manera inesperada en los costos del LASIK en México. Las medidas de bioseguridad, la escasez de personal y los turnos adicionales para evitar aglomeraciones son factores que han incrementado costos operativos para las clínicas.
Algunos establecimientos se han visto forzados a ajustar sus tarifas para compensar la caída en la cantidad de pacientes generada por la incertidumbre y las restricciones de viaje. Pero, en medio de todo esto, ha surgido una tendencia singular: el aumento en la demanda impulsada por el deseo de reducir la dependencia de las lentes de contacto y gafas por la mascarilla.
El COVID-19, aunque ha presentado desafíos, también ha traído oportunidades para innovaciones en el sector. La adopción de nuevas estrategias en cuarentenas facilitó a algunos la implementación de tecnología de vanguardia como una ventaja competitiva. ¿Podría esto marcar una nueva era en la cirugía ocular en México?
Esperar lo imprevisto se ha convertido en la regla y no en la excepción. La dinámica del mercado no es la única variable a tener en cuenta; los efectos secundarios de esta era pandémica podrían traer consigo un cambio duradero en la industria, llevándonos a repensar todo lo que creíamos cierto sobre el LASIK. Pero, quizás hay algo más que esperar en este proceso de adaptación al nuevo mundo.